AMBIENTAL
- La exposición ambiental al humo del tabaco es frecuente en niños de áreas urbanas, en particular en los más pobres
Detroit, EE.UU.
Las fuentes no parentales de exposición ambiental al humo de tabaco son frecuentes en niños que habitan en áreas urbanas.
La exposición puede comprobarse aun en hogares en donde está prohibido fumar.
[Pediatrics, 106(4):e47, Oct 2000 - SIIC]
Los expertos de los Departamentos de Medicina Interna, Pediatría y Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad del Estado de Wayne, en EE.UU., informaron que los pediatras reconocen los peligros de la exposición ambiental al humo del tabaco, pero pierden muchas oportunidades para intervenir, en particular en lo que respecta al asesoramiento de los padres para abandonar el hábito de fumar.
Debido a la dificultad experimentada por los pediatras para asesorar a los padres, la tarea de evaluar las fuentes no parentales de exposición puede ser insuperable.
Aunque el abandono del hábito de fumar en las personas a cargo del cuidado de los niños es el objetivo ideal, cualquier reducción de la exposición ambiental disminuirá el riesgo.
El humo del cigarrillo ha sido mencionado como el principal peligro ambiental en un estudio reciente realizado por pediatras estadounidenses.
Las enfermedades respiratorias, en especial en los niños más pequeños, están asociadas con el grado de exposición ambiental al humo del tabaco. El asesoramiento de los padres para dejar de fumar es un aspecto importante de la práctica pediátrica y muchos profesionales lo hacen sistemáticamente.
La prevalencia de exposición ambiental al humo del tabaco en los niños varía considerablemente en diferentes áreas geográficas y la misma está determinada por dos factores: 1) el porcentaje de hogares en los que conviven fumadores y niños y 2) el porcentaje de hogares en los que se permite fumar. Es frecuente hallar niños más expuestos en hogares con elevada prevalencia de padres fumadores, con mayor número de cigarrillos fumados en la misma habitación que el niño y con mayores grados de hacinamiento.
El tiempo que el niño pasa en ambientes cerrados también influye sobre el grado de exposición. Muchos pediatras enfrentan el desafío de trabajar con niños expuestos al humo del tabaco proveniente de fuentes no parentales.
En este grupo se incluyen los pertenecientes a familias numerosas o que pasan muchas horas al cuidado de familiares o amigos que fuman.
Los especialistas norteamericanos examinaron las fuentes potenciales de exposición ambiental al humo del tabaco y la intensidad de la misma en una muestra de niños pobres de residencia urbana. Analizaron las restricciones para el hábito de fumar en el hogar y el nivel de interés de los cuidadores por recibir asesoramiento para reducir la exposición ambiental al humo de tabaco.
En un grupo de 174 cuidadores, la mayoría (87.9%) eran madres. Aunque sólo 14% fumaba, casi la mitad refirió cuidar al menos a un niño expuesto al humo del tabaco. La mayor parte de esta exposición se producía en el hogar. Estaba permitido fumar en los hogares de 75% de los niños que convivían con un fumador.
Treinta y cuatro por ciento de los cuidadores que informaron no fumar en el hogar refirieron tener un niño que pasaba parte de su tiempo en hogares en donde otras personas fumaban. La mayor parte de la exposición producida fuera del hogar correspondía a la casa de los abuelos.
La prohibición de fumar en el hogar no eliminó el riesgo de exposición residencial pero predijo si se fumaba en presencia del niño. Todos los cuidadores refirieron saber que el hábito de fumar es perjudicial.
Alrededor de la mitad de los cuidadores manifestaron deseos de recibir asesoramiento para dejar de fumar y un porcentaje similar de cuidadores que no fumaban refirió interés por recibir información para ayudar a otros a dejar de hacerlo.
[ Atrás ]
|