MORTALIDAD
- El abandono del tabaco reduce la mortalidad despues de un infarto de miocardio
Los resultados son similares en diversos estudios sobre este tema.
Ontario, Canadá
El abandono del tabaquismo por parte de los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio reduce su riesgo de muerte, de acuerdo con numerosos estudios sobre este tema.
[Archives of Internal Medicine 160:939-944, Abr 2000 - SIIC]
Los resultados de varios estudios indican que los pacientes que sufrieron un infarto de miocardio y abandonan posteriormente el consumo de tabaco tienen una mortalidad menor que aquellos que continúan fumando.
El tabaquismo es la principal causa de muerte prematura en los países desarrollados, y la mayoría de estos decesos se produce entre personas con enfermedades cardiacas. El cigarrillo, según se ha comprobado, afecta el flujo sanguíneo coronario y la demanda de oxígeno del miocardio, y aumenta el riesgo de trombosis.
Un grupo de expertos en epidemiología de la Universidad McMaster, en Ontario, condujo un metaanálisis de los estudios publicados sobre la relación entre el abandono o la continuación del tabaquismo después de un infarto de miocardio, y la mortalidad de los pacientes. Para ello extrajeron 12 trabajos de las bases de datos de MEDLINE y EMBASE, publicados entre 1949 y 1988, en seis países. Todos ellos cumplían los criterios de haber incluido pacientes infartados, cuyo consumo de tabaco había sido registrado inicialmente y en algún momento posterior. En todos ellos se había realizado un seguimiento de al menos 1 año, y se comparaban las tasas de mortalidad entre los que habían dejado de fumar y quienes seguían haciéndolo.
En todos los trabajos, informan los investigadores, se halló una asociación entre el abandono del tabaquismo y una menor mortalidad. Los índices de riesgo calculados oscilaban entre 0.29 y 0.84, variación estadísticamente no significativa. Las tasas de mortalidad entre los pacientes que habían dejado de fumar varió entre el 4 y el 37%, y entre quienes seguían haciéndolo, entre el 8 y el 54%. La reducción del riesgo se calculó entre el 15 y el 61% en los diversos trabajos.
Los expertos analizaron la influencia de diversos factores sobre estos resultados. Los estudios que presentaban los resultados discriminados por sexo demostraron que el riesgo relativo era de 0.36 para las mujeres, y de 0.52 para los hombres. Se obtuvieron resultados similares en los estudios con seguimientos de más de 10 años, y en aquellos que se prolongaron durante un tiempo menor.
En los trabajos que habían considerado la edad de los participantes, se demostró que el beneficio del abandono del tabaco sobre la mortalidad aumentaba con la edad. Entre los factores que no mostraron una influencia significativa sobre estos resultados se mencionó a la diabetes, la presión arterial y la colesterolemia.
Los autores advierten la posibilidad de que hubieran existido otros factores que influyeran en los resultados obtenidos. Por ejemplo, explican, es posible que los pacientes que dejaron de fumar tuvieran otros cambios en el comportamiento que redujeran su riesgo. Además, es posible que recibieran un tratamiento más apropiado luego del infarto, aunque este hecho es poco probable, dado que se obtuvieron resultados similares en los estudios antes y después de 1980, cuando se implementaron las terapias más modernas.
Los resultados demuestran, concluyen los autores, que el abandono del tabaquismo reduce el riesgo de muerte entre los pacientes que sufrieron un infarto de miocardio, independientemente de otros factores. Dada la magnitud de esta reducción, aún una tasa de abandono modesta podría traducirse en una disminución significativa del número de muertes, por lo que esta medida preventiva debería ser promovida entre los afectados.
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