MORBILIDAD
- Impacto del hábito tabáquico sobre el infarto agudo de miocardio en nuestro medio: un estudio de casos y controles
E. Martínez-Losa, J. De Irala-Estévez, M. Serrano-Martínez, E. Fernández-Jarne, M. Prado-Santamaría, I. Aguinaga y M.A. Martínez-González
Unidad de Epidemiología y Salud Pública (Facultad de Medicina) y Departamento de Cardiología (Clínica Universitaria), Universidad de Navarra; Servicios de Atención Primaria de Navarra.
Objetivos: Cuantificar el impacto y la magnitud de la carga de enfermedad atribuible al hábito tabáquico para el desencadenamiento de un primer infarto de miocardio en población adulta de Pamplona.
Establecer en qué medida se reduce el riesgo según el tiempo de abandono del tabaco.
Métodos: Estudio de casos y controles de base hospitalaria. Los casos fueron nuevos ingresos por infarto de miocardio en los tres grandes hospitales de Pam plona.
Cada caso (n = 171) se emparejó por sexo y edad (± 5 años) con un sujeto ingresado en el mismo hospital por una variedad de patologías.
Para la valoración del hábito tabáquico se utilizó un cuestionario de frecuencia de consumo tanto actual como pasado, así como los años transcurridos desde el cese en los exfumadores.
Se utilizaron modelos de regresión logística condicional, ajustando por el resto de factores de riesgo cardiovascular clásicos.
Resultados: La relación entre el consumo de tabaco y el riesgo de infarto de miocardio muestra los siguientes resultados. La odds ratio [OR] (intervalo de confianza al 95%) para fumadores activos fue 9,2 (3,4-24,8) tras ajustar por hipercolesterolemia, hipertensión, diabetes, índice de masa corporal, actividad física (METs-horas/semana), uso de aspirina, antecedentes familiares de cardiopatía isquémica y un indicador dietético compuesto; la fracción etiológica (proporción atribuible) en expuestos fue del 89,2% y la fracción etiológica poblacional fue del 35,0%. Unos resultados similares se encontraron para exfumadores que habían dejado el tabaco hacía menos de 2 años.
En cambio, entre los exfumadores que habían abandonado el tabaco hacía más de 2 años no se encontró asociación (OR: 1,09; con intervalo de confianza al 95%: 0,58-2,01).
Conclusión: Nuestros datos sugieen que, en nuestro medio, una fracción muy importante, en concreto más de la tercera parte, de todos los infartos de miocardio son atribuibles al tabaco.
Este riesgo disminuye a medida que pasa el tiempo después de haber dejado de fumar.
El cese del hábito tabáquico resulta efectivo para disminuir el riesgo de infarto agudo de miocardio.
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