PURO HUMO UN NEGOCIO QUE MUEVE $1.000 MILLONES
Gracias por fumar (cigarros)

Se consumen 20 millones de puros anuales. Los precios oscilan entre los $25 y $150 y las marcas de alta gama (cubanas y dominicanas) son las que más crecen. Desafiados, los fabricantes locales se preparan para dar pelea.

PorAgustín Ríos ESPECIAL PARA CLARIN

Con marcas ilustres provenientes principalmente de Cuba, como Cohiba y Montecristo, el mercado doméstico de habanos ya registra un consumo cercano a los 20 millones de unidades y una facturación en torno a los $1.000 millones anuales. Dicen que el segmento premium es el que más crece y que ya representa alrededor del 40% de la demanda, abastecida en gran medida con importaciones. El precio de un habano de alta calidad puede costar hasta $400, un precio que tentó a varios fabricantes locales a dar la pelea.

Fumar habanos, lo saben de sobra los consumidores, es un vicio caro. Los precios son variados: los nacionales fluctúan entre los $25 y los $50, en tanto que los puros importados en general oscilan entre los $80 y $150. De todos modos, los entendidos advierten que en otros países existen productos más que destacados que pueden cotizar entre US$80 y US$100, incluso más.

Robert Rodríguez Pardal, presidente del fabricante Cigarros Manrique, asegura que en el país el 70% de los cigarros que se ofrecen son importados. “Los más caros son artesanales. Otros son industriales o mixtos”, completó Gustavo Edelstein, aficionado y dueño del local “Puro habano”, ubicado en el Tortugas Open Mall. Este experto dice que “el que fuma cigarros cubanos de alta gama es muy difícil que adopte uno nacional”. El desafío se presenta complicado, pero hay algunos fabricantes, la mayoría radicados en Litoral, que están dispuestos a intentarlo.

Los entendidos reconocen que aún es imposible igualar las cualidades de los habanos de Cuba. En la isla brillan unas 30 marcas que –según asegura la presidenta del Club de Mujeres que fuman habanos, Claribel Terre, de nacionalidad también cubana– “la Argentina es el primer importador de cigarros cubanos premium en la región, incluso por delante de Brasil”.

Además de Cohiba (la marca inspirada por el propio Fidel Castro) y Montecristo, desde Cuba llegan los Partagas y Romeo y Julieta, entre otros. Los de origen dominicano, por su parte, concentran su oferta con Francisco de Miranda, Davidoff, Aurora o León Gimenes. El surtido se complementa con otras marcas provenientes principalmente de Honduras y Nicaragua, dos países con larga tradición tabacalera.

Los nacionales también se han hecho eco de la movida. Cigarros Misioneros, seguida por la centenaria Hernández Hnos., Manrique, Los Duques y Tabacalera Sarandí, son algunos de los competidores de origen local. De todos, Cigarros Misioneros se destaca por producir en forma masiva. La empresa se radicó en Misiones hace diez años para producir exclusivamente con tabaco dominicano. Esta apuesta, que incluyó la inversión del empresario y ex presidente Ramón Puerta, prosperó con sus marcas La Misión y Luis Gonzaga. La empresa elabora artesanalmente alrededor de 25.000 puros por mes.
En la cadena productiva local, dicen, se manejan propiedades y precios muy dispares, que varían según las técnicas de producción: están aquellas empresas que producen de manera puramente artesanal y otras, que la complementan en forma mecanizada. Hay quienes compran el tabaco a $15 el kilo, mientras que otras podrían invertir alrededor de US$300 por esa misma cantidad.

La clave, advierten, está en la materia prima y el proceso de elaboración artesanal a cargo de los armadores. Conocidos como de “tripa larga”, estos cigarros de hoja entera distan mucho de los cigarros mecanizados y más económicos, que en su preparación llevan hojas cortada o picadillos provenientes de distintas mezclas.

Las empresas más distinguidas mayormente sólo comercializan internamente o por medio de tabaquerías experimentadas. Casi la mitad de esos comercios especializados en la venta de puros, habanos y accesorios se encuentran en la Capital y el GBA, aunque la movida se expande a otros distritos.

Con ochenta años de trayectoria, Cigarros Manrique —que elabora artesanalmente unos 25.000 cigarros anuales— se instaló en República Dominicana. “Actualmente estamos desarrollando una manufactura de cigarros en el Valle del Cibao, bajo la denominación Cigarros Manrique Tobacco Group , usando los mismos procedimientos que en la Argentina”, confía Rodríguez Pardal, titular de la firma Manrique.

Por su parte, la empresa Hernández Hnos. acaba de lanzar una marca de alta gama, Sol de Cuba Reservas, para competir con los mejores cigarros importados. Con una producción cercana a los 150.000 puros anuales, Hernández continúa calando hondo con los Sosa Padilla, su marca de mayor difusión. “Con variedades de semillas del exterior también se pueden hacer cigarros de muy buena calidad”, explicaron a iEco.

En paralelo, crecen las reuniones vip donde expertos explican todos los secretos del buen fumador. “Estos sommeliers experimentados fueron importantísimos en el incremento del consumo”, sostiene Rodríguez Pardal. En esa línea, la organizadora de eventos Vinos y Ar-Té, por ejemplo, puso en marcha para el 28 de febrero el “Encuentro de noches de puros, vinos y ron”, un evento a modo de iniciación en los cigarros y en el maridaje. La entrada, anticiparon, cuesta $400.

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