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INTERFERENCIAS DE LA INDUSTRIA TABACALERA

La industria tabacalera está globalizada y muy concentrada (5 empresas controlan el 80% del mercado mundial), con gran disponibilidad de recursos, por lo que la capacidad de esos actores es muy grande para influir en las políticas de los Estados. Philip Morris es la compañía transnacional de tabaco más grande del mundo, cuya marca Marlboro es el líder mundial. Sin embargo, excluyendo el mercado interno de los EE UU, BAT vende la mayoría de los cigarrillos del mundo y tiene la red más grande en la mayoría de los países (Eriksen M, Mackay J, Schluger N, Islami F & Drope J, 2015)*.   La industria del tabaco es una mezcla de algunas de las empresas comerciales transnacionales más poderosas del mundo. Las compañías tabacaleras, que con frecuencia se fusionan, son propietarias de otras grandes industrias y dirigen una compleja variedad de empresas conjuntas. Entre las seis principales compañías transnacionales de tabaco, las ganancias en 2015 alcanzaron más de US$62 mil millones. Si las grandes tabacaleras fueran un país, tendría el 23er producto interno bruto más grande del mundo, superando el PIB de países como Noruega y Arabia Saudita (Drope J, Schluger N, Cahn Z, Drope J, Hamill S, Islami F, Liber A, Nargis N & Stoklosa M, 2018)**.

Las compañías tabacaleras han actuado y continúan presionando agresivamente y litigando contra las políticas gubernamentales de control del tabaco, entre otras tácticas. En su afán por promover el uso del tabaco, la industria tabacalera perpetró regularmente interferencias no éticas, y con frecuencia ilegales, en las políticas de control del tabaco. Aunque las compañías tabacaleras compiten por la participación en el mercado, a menudo se confabulan para contrarrestar los esfuerzos del gobierno por el control del tabaco, o apoyan a los grupos de fachada para que hagan el trabajo por ellos. Otras estrategias implican una tergiversación abierta de evidencia científica para confundir al público (Drope J et al, 2018). Un informe encargado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2001, resume una serie de documentos, que hasta entonces eran secretos, de las dos compañías tabacaleras líderes del mercado en América Latina y el Caribe: Philip Morris International (PMI) y British American Tobacco Company (BAT). En ellos se comprueba que las estrategias de la industria tabacalera para la región de América Latina y el Caribe son un fiel reflejo de las tácticas concebidas para todo el mundo a fin de promocionar sus productos mortíferos, aumentar sus beneficios e impedir la adopción de cualquier medida importante de regulación de las prácticas o los productos de la industria. Las principales estrategias de PMI y BAT consistían en oponerse a los aumentos de impuestos y las restricciones en materia de comercialización y mercadeo y asegurar que el hábito de fumar siga siendo socialmente aceptable. Además, los documentos demuestran que las empresas conocían y participaban en la distribución de los cigarrillos por conductos ilícitos, conocidos eufemísticamente en la industria como el segmento del mercado "sin pago de impuestos" (SPI). Queda claro que en América Latina y el Caribe, al igual que en otros lugares del mundo, los grupos de presión que representan a la industria tabacalera tenían acceso a funcionarios del gobierno y lograban proponer, y en muchos casos hacer que se aplicara, legislación favorable a la industria, para prevenir cualquier esfuerzo en favor de la aplicación de reglamentaciones y controles legislativos más estrictos. La industria tabacalera obstaculizó especialmente las leyes dirigidas a restringir la publicidad o limitar el acceso de los jóvenes a los cigarrillos y favoreció las denominadas soluciones de "compromiso" o de "convivencia" propuestas por la industria para el problema del tabaquismo pasivo (Aguinaga S y Shatenstein S, 2012)***.

Por otra parte, las capacidades del gobierno nacional son potencialmente muy altas para regular el mercado, aunque el nivel de motivación suele ser inestable, y además el control de los recursos depende del consenso de actores con intereses diferentes en cuanto al desarrollo e implementación de la legislación, y de limitadas capacidades institucionales para lograr el efectivo cumplimiento de las normas. Por su parte, la agenda de los gobiernos es objeto de presión por actores con fuertes motivaciones, entre los cuales, la industria tabacalera, sus asociados y grupos de fachada, han logrado en Argentina retrasos importantes en la consolidación de medidas legislativas eficaces (como el veto presidencial a la Ley Neri en el año 1992, o los retrasos para sancionar la ley nacional 26687) y han impedido la ratificación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), un instrumento fundamental que daría a esta política la jerarquía constitucional de un Tratado Internacional.

Justamente el CMCT en el párrafo 3 del artículo 5 del Convenio requiere que "[a] la hora de establecer y aplicar sus políticas de salud pública relativas al control del tabaco, las Partes actuarán de una manera que proteja dichas políticas contra los intereses comerciales y otros intereses creados de la industria tabacalera, de conformidad con la legislación nacional". Las Directrices de aplicación de este artículo (5.3) señalan que: 1) Existe un conflicto fundamental e irreconciliable entre los intereses de la industria tabacalera y los intereses de las políticas de salud pública; 2) Al tratar con la industria tabacalera o quienes trabajan para promover sus intereses, los Estados deberían ser responsables y transparentes; 3) Los Estados deberían exigir a la industria tabacalera y quienes trabajan para promover sus intereses que funcionen y actúen de manera responsable y transparente; 4) Debido a que sus productos son letales, no se deberían conceder incentivos a la industria tabacalera para que establezcan o lleven a cabo sus negocios.

Las Directrices del artículo 5.3 del CMCT recomiendan las siguientes importantes actividades para hacer frente a la interferencia de la industria tabacalera en las políticas de salud pública:
1. Concientizar sobre la naturaleza adictiva y perjudicial de los productos de tabaco y sobre la interferencia de la industria tabacalera en las políticas de control del tabaco de las Partes.
2. Establecer medidas para limitar las interacciones con la industria tabacalera y asegurar la transparencia de las que se produzcan.
3. Rechazar las alianzas y los acuerdos con la industria tabacalera que no sean vinculantes o de obligado cumplimiento.
4. Evitar conflictos de intereses para los funcionarios y empleados públicos.
5. Exigir que la información proporcionada por la industria tabacalera sea transparente y precisa.
6. Desnormalizar y en la medida de lo posible reglamentar las actividades que la industria tabacalera describe como "socialmente responsables", incluidas las actividades descritas como de "responsabilidad social institucional", pero no limitadas a éstas.

La industria tabacalera está muy entrenada en realizar acciones de lobby o cabildeo con legisladores o funcionarios de los gobiernos para manipular las agendas o las decisiones. Claramente las Directrices recomiendan interactuar con la industria tabacalera únicamente cuando y en la medida que sea estrictamente necesaria. Y en esos casos, debería asegurarse de que esas interacciones se realicen de modo transparente, en la medida de lo posible en público, por ejemplo en audiencias públicas, dando cuenta de ellas y haciendo públicas sus actas.

Para acceder a importante información sobre las estrategias de manipulación de la industria tabacalera, acceda a los siguientes links.
- Rentabilidad a costa de la gente
- Somos la industria tabacalera
- Directrices del CMCT

El acuerdo extrajudicial alcanzado en 1998 entre las compañías tabacaleras y la mayoría de los estados de Estados Unidos, puso a disposición pública millones de páginas de documentos internos, muchos de ellos con información que la industria hubiera preferido mantener en secreto. Estos documentos han proporcionado revelaciones importantes -desde el papel de la industria tabaquera en facilitar el contrabando de cigarrillos hasta sus esfuerzos para reforzar la adicción al tabaco- que han contribuido a estimular diferentes acciones legislativas y regulatorias. Uno de los sitios más importantes para la búsqueda de esos documentos es: https://www.industrydocuments.ucsf.edu/tobacco/

Referencias Bibliográficas:
[*] Eriksen M, Mackay J, Schluger N, Islami F & Drope J. The Tobacco Atlas:Fifth Edition, 2015
[**] Drope J, Schluger N, Cahn Z, Drope J, Hamill S, Islami F, Liber A, Nargis N,Stoklosa M. The Tobacco Atlas. Atlanta: AmericanCancer Society and Vital Strategies, 2018
[***] Aguinaga S y Shatenstein S. La rentabilidad a costa de la gente. Actividades dela industria tabacalera para comercializar cigarrillos en América Latina y elCaribe y minar la salud pública. Organización Panamericana de la Salud, 2012

Separ da un paso ejemplar ante la industria tabaquera

Lun 16 noviembre 2020. 09.00H
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) acaba de celebrar su Congreso, por primera vez en la historia de forma virtual, como la pandemia obliga en estos días. La cita ha sido un éxito de participación, y no solo el formato ha supuesto un hito histórico. También lo ha sido una de las decisiones que ha tomado la Asamblea General de Separ que, por mayoría aplastante, ha dictado que para ser socio de la sociedad científica de los neumólogos no se puede tener ningún vínculo con la industria tabaquera...

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